Mujer joven, escribir una carta (1874). Federico Zandomeneghi.
Mujer joven, escribir una carta (1874). Federico Zandomeneghi.

¿Por qué LITERATURA FEMENINA es una distinción sin propósito?

¿Se podría catalogar la literatura como un solo arte? ¿La literatura femenina tiene algún rasgo distintivo o solo haber sido escrita por mujeres? Para responder a estos interrogantes se tomarán de referencia la postura de Virginia Woolf sobre la necesidad de que la literatura sea andrógina, y la de Adriana Alcalá, quien menciona la necesidad de reconocer la literatura escrita por mujeres. Esto con el fin de contrastarlas con una posición que asumimos como propia enfocada hacia cómo la distinción de género para determinar el tipo de literatura ha sido mayormente contraproducente para las escritoras que consideran que la literatura es una sola.

Una literatura indivisa no atiende lo insustancial

Un cuarto propio, de Virginia Woolf, es un ensayo que expone las dificultades que han enfrentado las mujeres escritoras a lo largo de la historia, debido a la falta de recursos, oportunidades y reconocimiento. Woolf argumenta que para escribir novelas, una mujer necesita tener dinero y una habitación propia, es decir, condiciones materiales y simbólicas que le permitan desarrollar su talento y expresar su voz. Con una prosa brillante y una imaginación desbordante, Woolf crea una obra que no solo es un análisis crítico de la sociedad patriarcal, sino también una celebración de la creatividad femenina y una invitación a las mujeres a reclamar su espacio en la cultura.
Un cuarto propio (1929), de Virginia Woolf, es un ensayo que expone las dificultades que han enfrentado las mujeres escritoras a lo largo de la historia, debido a la falta de recursos, oportunidades y reconocimiento. Woolf argumenta que para escribir novelas, una mujer necesita tener dinero y una habitación propia, es decir, condiciones materiales y simbólicas que le permitan desarrollar su talento y expresar su voz. Con una prosa brillante y una imaginación desbordante, Woolf crea una obra que no solo es un análisis crítico de la sociedad patriarcal, sino también una celebración de la creatividad femenina y una invitación a las mujeres a reclamar su espacio en la cultura.

Un cuarto propio es el intento exhaustivo de Virginia Wolf por resumir toda una historia de conflictos, de ideales, de posturas contrapuestas y codependientes en la cuna literaria. La necesidad de poseer independencia económica y un lugar propio para dedicarse a la escritura, es una propuesta tácita de emancipación social que incluye, necesariamente, desasir también los vínculos entre ambos sexos, aunque dicha tarea sea imposible, según lo afirma la autora, el recorrido que hace a través de esta obra pone en tela de juicio lo que es, quizás, la mayor fuente de inspiración artística de la historia, en cualquiera de los casos. La mujer como epicentro literario ha sido objeto de una admiración indeleble para algunos escritores, filósofos y ensayistas y una entidad subyacente para otros tantos.

Para Woolf, la intención principal de Un cuarto propio es el deseo de aproximar la relación entre la literatura y el género femenino en una suerte de entender si la literatura femenina es la que habla sobre mujeres, la que es escrita por mujeres o la que intenta descifrar su modo de ser (2018). Es por esto que critica los extremos que van de lo masculino a lo femenino, ya que esto podría resultar en una obra insustancial. Por eso, plantea la idea de una literatura desligada del género, o como ella le llama, una literatura andrógina:

“la mente andrógina es reverberante y porosa; que transmite emoción sin impedimento; que es creativa por naturaleza, incandescente e indivisa.”

(Woolf, 1929, p. 89).
La teoría King Kong, Virginie Despentes (2006). Ensayo en el que la autora habla desde sus distintas experiencias en diferentes temas referentes al patriarcado y a la teoría del género. Este es un libro escrito para todas las mujeres que han sido tildadas de no ser buenas chicas y para los hombres que han sido excluidos del club patriarcal por no ser lo suficientemente “masculinos”.
La teoría King Kong, Virginie Despentes (2006). Ensayo donde la autora habla desde sus distintas experiencias en diferentes temas referentes al patriarcado y a la teoría del género. Este es un libro escrito para todas las mujeres que han sido tildadas de no ser buenas chicas y para los hombres que han sido excluidos del club patriarcal por no ser lo suficientemente “masculinos”.

La evolución humana y lo inamovible del pensamiento sobre el género

Partiendo de este principio de una literatura desligada del género o “andrógina”, como lo menciona Woolf, no hay que olvidar que las mujeres y los hombres, a pesar de que han tenido varias diferencias en todos los ámbitos, no solo en el literario, tienen las mismas capacidades para crear, pintar, escribir, entre otras tantas. Sin embargo, el papel de la mujer ha sido históricamente opacado por el machismo y por la idea de que la mujer es de alguna u otra forma, intelectualmente inferior, algo que no es cierto, puesto que como lo menciona Chimamanda en su ensayo Todos deberíamos ser feministas, «Una mujer puede ser igual de inteligente, innovadora y creativa que un hombre. Hemos evolucionado. En cambio, nuestras ideas sobre el género no han evolucionado mucho.”

Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi (2014). Obra que habla de diferentes anécdotas de la autora que dejan en claro la normalización de los roles irracionales atribuidos al género. Ensayo que habla sobre la experiencia de ser feminista en el siglo XXI. Literatura femenina
Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi (2014). Obra que habla de diferentes anécdotas de la autora que dejan en claro la normalización de los roles irracionales atribuidos al género. Ensayo que habla sobre la experiencia de ser feminista en el siglo XXI.

Para reafirmar la idea de que se sigue pensando en la inferioridad del género femenino, la misma Chimamanda se encarga de hablar de experiencias propias que explican perfectamente dicho fenómeno.  Una de estas anécdotas habla de la vez que Chimamanda aspiró al puesto de monitora de clase, puesto que su maestra había acordado que quien obtuviera la mayor nota en el examen sería elegido. Quienes han leído el ensayo sabrán que la autora obtuvo la mayor nota, pero no estuvo ni cerca de ser escogida para representar la clase, esto porque su maestra daba por hecho que el monitor debía ser un chico. Esta decisión fue seguramente impulsada por la idea de que los hombres poseen más carácter, mientras que las mujeres son más sumisas y calladas, aunque en realidad en esta historia fuera todo lo contario. “Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo normal. Si vemos la misma cosa una y otra vez acaba siendo normal.” De esta forma Chimamanda critica la normalización de estas conductas y nos deja con una reflexión sobre los roles de género que siguen esclavizando a la sociedad moderna.

Reconocer los referentes de la literatura femenina es darle voz a la historia no contada

Adriana Alcalá en su ensayo Mujeres, literatura e historia. Referentes históricos (2023) plantea como tesis principal que la enseñanza de la historia sobre la literatura con una perspectiva feminista es de gran importancia para empoderar a las mujeres latinoamericanas en la actualidad, permitiéndoles reconocer y valorar su propia voz y creación literaria. El ensayo argumenta que, a lo largo de la historia, las mujeres han sido marginadas en el ámbito literario y que es esencial rescatar y destacar las contribuciones literarias que estas han hecho para que las nuevas generaciones de mujeres puedan encontrar referentes y sentirse seguras al compartir sus propias creaciones. También se enfatiza la importancia de conocer y aprender de las experiencias de las escritoras del pasado para construir un futuro en el que las mujeres tengan un lugar destacado en la literatura o como ella lo menciona_

“A través del reconocimiento de la literatura de las mujeres, porque existe un discurso propio, es posible tener una visión más amplia y real del pasado, el presente y el futuro”

(Alcalá, 2023, párr. 11).
Simone de Beauvoir. Filósofa y activista feminista francesa, autora de la reconocida obra El segundo sexo que fue importante para el movimiento feminista de mitad del siglo XX.
Simone de Beauvoir. Filósofa y activista feminista francesa, autora de la reconocida obra El segundo sexo (1949) que fue importante para el movimiento feminista de mitad del siglo XX.

La inexistente relación entre la calidad de la obra y el género de su autoría

Tanto Woolf como Alcalá convergen en reconocer la presencia femenina en la literatura; sin embargo, el atribuirle a la literatura una etiqueta de género, resulta mayormente contraproducente pues parece crear un prejuicio social en contra de las escritoras.

Al intentar responder a los interrogantes planteados inicialmente, se puede decir que la literatura es un solo arte, aunque fuese escrita por hombres sobre mujeres o por mujeres sobre mujeres. La autora Gretel Morales en su artículo ¿Existe la literatura femenina?  (2021) asegura que este término crea un debate sobre las connotaciones negativas que esta categorización implica, pues puede crear un estereotipo literario del que prefieren desligarse “probablemente para evitar esta equiparación: masculino-bueno y femenino-malo” que pueda asociar sus creaciones a un existencialismo banal que el público masculino parece no querer consumir. Morales sugiere que las escritoras en la actualidad prefieren ser relacionadas, en cambio, con el término “literatura hecha por mujeres” y no calificar la calidad de sus producciones bajo un supuesto de géneros.

Julia Kröhn. Periodista y novelista austriaca. Autora de las obras La casa de modas: Hijas de la libertad. Obra que nos muestra a tres protagonistas femeninas en su camino a construir sus propios caminos en base a sus ideales, dejando de lado las normas de la época y las ideas tradicionalistas.
Julia Kröhn. Periodista y novelista austriaca. Autora de la La casa de modas: Hijas de la libertad (2020). Obra que nos muestra a tres protagonistas femeninas en su camino a construir sus propios caminos en base a sus ideales, dejando de lado las normas de la época y las ideas tradicionalistas.

Literatura sin etiquetas

Ana María Matute expone que si una obra literaria es leída a ciegas puede resultar realmente difícil la tarea de identificar el sexo de quien escribe, aunque sí pueda determinarse la calidad literaria: “Buena o mala literatura, «me da igual que esté escrita por un hombre que por una mujer. Hay libros buenos y libros malos, punto”. Aunque no pueda establecerse una relación directa entre la calidad de una obra literaria y el género de quien la escribe, hay quienes se apoyan en diferencias triviales sobre el estilo de escritura o los temas que abordan las obras para sustentar las distinciones entre literatura y “literatura femenina” y si bien es cierto que se ha demostrado que las autoras construyen personajes femeninos mucho más reales y complejos que aquella visión superflua que pueda engendrar un hombre, el término “literatura femenina” sigue estando más relacionado con asuntos de marketing en las editoriales que con una diferencia sustancial entre géneros.

Cumbres borrascosas, Emily Brontë (1847). Nóvela escrita bajo el pseudónimo de Ellis Bell. Es una obra reconocida como un clásico de la literatura occidental y su estructura narrativa fue muy alabada en su época.
Cumbres borrascosas, Emily Brontë (1847). Nóvela escrita bajo el pseudónimo de Ellis Bell. Es una obra reconocida como un clásico de la literatura occidental y su estructura narrativa fue muy alabada en su época.

Es necesario, en definitiva, hablar de una sola literatura para eliminar las etiquetas que podrían causar resultados adversos. El usar categorías solo reafirma la diferencia ancestral que ha existido entre ambos sexos en lo inoficioso de enemistar las artes y labores con las concepciones sociales del rol femenino y masculino. Aun así, es necesario reconocer a las mujeres escritoras que, como lo mencionaba Alcalá, existen y permanecen como referente para resignificar el lugar que por años les ha sido negado en la literatura.

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