¿Qué une al cine, la literatura, el teatro y la antropología? ¿Hay realmente una línea en común entre todas estas disciplinas? Podríamos decir que, en todas, el hombre suele enfrentarse a sí mismo, en la búsqueda de su entendimiento. La hipótesis entonces sería que todo lo generado no es más que una manera de comprender algo que no se sabe bien qué es pero que pertenece al género humano. ¿Qué hace un antropólogo entre varias cosas? Observa y anota, por simplificar algo muchísimo más complejo. ¿Qué hace un director de cine? Se junta con amigos a dejar un recuerdo de la vida. ¿Qué hace un poeta? Intentar comprenderse. ¿Qué hace un director de teatro? Cansar al espectador en la intención de ese enfrentamiento –ponerlo en evidencia–. Evidentemente hay muchas razones que determinan un comportamiento o un fenómeno, la reducción es un acto hipotético, y probablemente un causante de confusiones a lo largo de la historia del pensamiento, aunque, en esa simplificación hay un juego, una búsqueda y porque no, un vagabundo.
- Sobre la teoría en la antropología desde los años sesenta por Sherry Ortner.
- Synecdoche, New York y la vida como teatro: Reflexiones sobre cultura y sociedad.
- La persona como máscara: Análisis del arte de Brossa y el concepto de identidad.
- La conexión de las disciplinas y la búsqueda del entendimiento humano.
Sobre la teoría en la antropología desde los años sesenta por Sherry Ortner
En realidad, la antropología nunca ha estado unificada en el sentido de adoptar un único paradigma compartido. Intentar unificar algo es muy difícil. Quizá intentar simplificar a los poetas sea incluso más fácil, al fin y al cabo, todos escriben por razones similares, pero cuando se trata de observar cosas concretas, el enfoque de cómo podemos interpretar esa información también cuenta. La antropología pareciera un campo muy personal en el que la personalidad y la perspectiva del profesional pueden cambiar el resultado. Las expresiones del caos forman parte del proceso creativo, siendo gran parte de las consecuencias. El caso de los artistas quizá sea el ejemplo de un extremo del caos que aporta cierta iluminación. Curiosamente, todas las personalidades pueden estar más o menos relacionadas con el caos en la vida cotidiana, pero sin esos episodios de tensión, no habrían aparecido buenas piezas de creación en nuestra historia.
También es importante, como mencionó Sherry Ortner, que podamos ver un sistema. Incluso en las artes (la disciplina más caótica) podríamos encontrar sistemas en común, formas de lograr diferentes expresiones que a veces son similares entre sí. Eso podría ser un síntoma de la necesidad de una estructura, de que en general hay una mirada de búsqueda.
Synecdoche, New York y la vida como teatro: Reflexiones sobre cultura y sociedad
Una de las principales aportaciones del marco geertziano fue la insistencia en estudiar la cultura «desde el punto de vista del actor». Esta perspectiva me recuerda a la película Synecdoche, New York (2008) de Charlie Kaufman, en la que el actor está viviendo su propio drama al mismo tiempo que realiza la representación en el escenario. El paralelismo entre la vida y el arte, que son cercanos, prácticamente iguales, me lleva a pensar que en la sociedad desarrollamos el mismo papel que los actores en el escenario. ¿Cuál es la diferencia? Quizá los límites, pero ¿no es también el teatro un reflejo de la sociedad en la que también existen el mismo tipo de límites? La idea de libertad en las artes es una falsa concepción, siendo la vida cotidiana la constructora de situaciones teatrales.
La persona como máscara: Análisis del arte de Brossa y el concepto de identidad
¿Cómo podemos definir el arte de Brossa? ¿Por qué es un poema? En este caso, el autor utiliza una escultura para introducir un concepto interesante. Además, la disposición y la interpretación del lector determinan la obra. Es una obra que bien podría analizarse desde la dramaturgia social de Goffman. Joan Brossa crea un lenguaje visual y por eso podemos interpretar su idea de diferentes maneras.
Me resulta bastante interesante intentar interpretar esta obra. Podemos ver una máscara abierta y otra detrás. La pregunta relacionada con el texto y el punto de vista geertziano del actor podría ser: ¿cómo vemos al otro? Para explicar esta imagen, me gustaría introducir un pequeño análisis del concepto de persona analizado por el filósofo Roberto Esposito en su libro El dispositivo de la persona.
Según Esposito, la palabra persona, que proviene del latín persōna y significa máscara, es muy importante en la denominación actual (Esposito: 2011,8). El concepto de persona pudo haber sido creado por los romanos con el derecho romano e influyó en el concepto que hoy conocemos como persona. Creo que Joan Brossa da una definición correcta del otro, consciente o inconsciente respecto al concepto de persona, pero hay algunas similitudes. Podemos ver cómo el autor juega con la división de la máscara para mostrar que hay algo bajo esta forma de introducir el tema. La pregunta para concluir puede ser: ¿el estatuto de persona con representación no deja al sujeto humano sin rostro? ¿Quién es el otro para nosotros? ¿El otro es realmente el otro o una imagen subjetiva que creamos a partir de esta máscara?
La conexión de las disciplinas y la búsqueda del entendimiento humano
En conclusión, podríamos encontrar relaciones entre muchas de las disciplinas que uno conoce, aunque también se podría decir que cada una es un ente autárquico que opera por sí propio. Uno ve en la literatura que hay muchos autores que escribieron la misma novela, en el cine que varios directores hicieron la misma película, en el teatro que varias obras parecieran contar lo mismo de cierta otra manera. ¿Sucede esto mismo en la ciencia? Lo cierto es que tiempo atrás, al ponerme a estudiar antropología, noté que la mayoría de los interesados consumía literatura, cine, teatro y lógicamente, textos académicos. El hombre en búsqueda de su entendimiento, de su funcionamiento, de sus límites y preocupaciones. Actualmente el nivel de conocimiento sobre el género humano pareciera enorme en un nivel superficial, pero bajo, muy diminuto, en términos profundos. Aquí está la incertidumbre, la mística, la naturaleza, por no decir la verdad e iniciar una polémica. Nos encontramos lejos de todo eso, y más cerca de la superficie. La pregunta es: ¿conocemos realmente lo que es capaz de hacer el género humano? ¿es suficiente la historia para visualizar lo que hemos sido capaces de hacer? ¿Cuál es la deuda pendiente en cuanto a nuestro entendimiento? Como dijo Dylan: the answer, my friend, is blowin’ in the wind.
Otros artículos de tu interés:
- Cría cuerdos, la crítica de Deconné entre distopías, identidades y espejos.
- Existencialismo y reflexiones sobre el ser, de Sartre a Fraga. (reflexión existencialismo).
- La sociedad de-transfigurada. Reflexión sobre la pérdida de pluralidad del mundo.
- Narcisismo, selfie, tontos y gordos. El negocio oculto de las redes sociales. (narcisismo redes sociales).
- Inclusión forzada en cine y televisión. El fin que justifica los medios. (peliculas con inclusion forzada).
- Matrix y la teoría del simulacro. Referentes y puntos de vista. (jean baudrillard matrix).
Tomás Solazzi, filólogo y escritor. Además, estudié antropología. Entreno jugadores de tenis y dirijo teatro. Doy paseos en bicicleta.