Una mujer adelantada a su época sin pretenderlo
Hoy no quiero hacer un análisis de la poesía de una de las más grandes poetas que han dado a la historia de la literatura universal a las letras argentinas. No quiero ni debo hacerlo porque Alfonsina no lo hubiera querido, del mismo modo que tampoco quería en vida ser el centro de la escena poética, aunque se enojaba cada vez que alguno de sus consagrados compañeros de versificación pretendía ningunearla. Lo que me gustaría conseguir es que los que lean este artículo puedan aproximarse a la Alfonsina mujer adelantada a su época sin pretenderlo, transgresora sin buscar nada más que ser feliz.
A los que quieran saber de la calidad y características de su poesía le recomiendo que, para no sufrir una decepción y perder su tiempo, dejen la lectura y busquen en los que han estudiado su poesía el refugio para la curiosidad. Los que quieran conocer a la mujer que existía detrás de los versos que han cantado a la vida y al amor a pecho descubierto y sin dejarse presionar por los estereotipos sociales, les invito a que me permitan ser su cicerone en el mismo viaje que yo mismo comencé con la publicación de la obra, Alma de mar.
Índice de contenidos:
- Alfonsina Storni: una mujer adelantada a su época sin pretenderlo.
- A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente.
- Lloro porque pude hacerlo mejor y no lo hice.
- Un hijo fruto del amor, amor sin ley.
- Fue camarada honesta de nuestras tertulias.
- Nos encontramos frente a la muerte.
- Hay un temblor de hojas primaverales en los bosques de la eternidad.
A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente
Alfonsina Storni ya desde su infancia se caracterizó por no ser una niña como las demás, pasó de unos primeros años de opulencia formando parte de una de las familias más influyentes de la ciudad de San Juan a vivir en las estrecheces económicas derivadas de la decadencia de las empresas familiares.
Pero la niña no se resignó a la situación y como haría durante toda su vida se propuso luchar contra ella, aunque lo hiciese de una forma muy poco ortodoxa, como resultarían todas sus actuaciones a lo largo de su vida. En esta ocasión se refugió en la mentira para crear su propio mundo personal y alejarse de la realidad que la acechaba, tal y como ella misma reconocería con el paso de los años.
<<A los ocho, nueve y diez años miento desaforadamente: crímenes, incendios, robos, que no aparecen jamás en las noticias policiales. Soy una bomba cargada de noticias espeluznantes; vivo corrida por mis propios embustes, alquitranada en ellos; meto a mi familia en líos, invito a mis maestros a pasar las vacaciones en una quinta que no existe; trabo y destrabo; el aire se hace irrespirable; la propia exuberancia de mis mentiras me salva. En la raya de los catorce años abandono.>>
Alfonsina Storni, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Lloro porque pude hacerlo mejor y no lo hice
En su adolescencia nos encontraremos de nuevo a la Alfonsina luchadora y a la vez transgresora con el papel que les asigna la sociedad a las jovencitas casaderas. Se le abre la posibilidad de convertirse en actriz y lucha con todas sus fuerzas para serlo. No perdamos nunca de vista lo que representa a comienzos del pasado siglo el mundo del espectáculo y más todavía para una joven en plena adolescencia. No le importa, y esa pasión desde niña que había sido la interpretación le da la oportunidad de viajar por Argentina con la compañía de José Tavalli con solo 16 años.
<<Mi primer contacto con el público tuvo lugar en la Escuela Normal de San Juan, donde tomaba parte con frecuencia en sus fiestas infantiles. Declamar, cantar, representar comedias, fue lo primero que, artísticamente, realicé. Recuerdo, como índice de mi carácter, una escena de aquella escuela. Había yo bajado del escenario donde acababa de ser muy aplaudida, y mi profesora me encontró llorando detrás de una puerta. Al requerirme el motivo, recuerdo que le respondí: ‘Lloro porque pude hacerlo mejor y no lo hice.>>
Alfonsina Storni, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Durante la gira por todo el país existe un punto de inflexión que representa la llegada a la ciudad de Córdoba. Será en ese momento cuando la joven Alfonsina Storni tome una importante determinación, abandonar la compañía.
<<Pero la interpretación de los papeles que me tocaron durante la gira, que fue muy larga, me consumía los nervios, y resolví dejar el teatro para irme a estudiar de maestra a Coronda>>
Alfonsina Storni, en: Delgado, J. (1990). En: Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Un hijo fruto del amor, amor sin ley
Su carácter pasional la traslada a su primera relación amorosa, una relación prohibida a la que, de nuevo, la Alfonsina transgresora no va a renunciar. Fruto de ésta nace su único hijo, Alejandro, y convierte a la joven actriz en madre soltera en una sociedad que no admitía la existencia de hijos fuera del matrimonio.
Igual que luchó por ese amor prohibido lo hizo para sacar adelante a su hijo. Lo hizo con naturalidad y sin dar explicaciones a los que la rodeaban tal y como manifiesta la también poeta Berta Sigerman. Palabras que reflejan la presión de la sociedad a la que antes hacíamos referencia:
<<Tenía un hijo natural cuya existencia ignorábamos hasta sus mejores amigos. Quizá lo ocultó durante un tiempo porque era maestra y una maestra soltera y con un hijo, en aquellos años, y aun hoy en día, tenía y tiene sus problemas>>
Berta Sigerman, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Fue camarada honesta de nuestras tertulias
Tras su llegada a Buenos Aires, Alfonsina Storni publica su primer libro de poemas y comienza a frecuentar las tertulias de la capital, gracias a su amigo Juan Julián Lastra. Se fue ganando poco a poco, pero con paso firme, el respeto de sus compañeros. Uno de sus mejores amigos en esta etapa y gran apoyo en su aventura literaria deja patente la importancia de Alfonsina entre la intelectualidad de la época y cómo poco a poco la fueron descubriendo.
<<Desde aquella noche de mayo de 1916 esa maestrita cordial, que todavía después de su primer libro de aprendiz era una vaga promesa, una esperanza que se nos hacía necesaria en un tiempo en que las mujeres que escribían versos—muy pocas— pertenecían generalmente a la subliteratura, fue camarada honesta de nuestras tertulias, y poco a poco, insensiblemente, fue creciendo la estimación intelectual que teníamos por ella hasta descubrir un día que nos hallábamos ante un auténtico poeta>>
Juan Julián Lastra, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
No andaba corta en cuanto a compañeras y referentes femeninos de la literatura; la también poeta, Juana Ibarbouru, nos deja constancia a través de sus palabras las personalidades diametralmente opuestas entre ellas a pesar de compartir momentos juntas, pero como bien afirma, sin llegar a ser amigas:
<<Entre Alfonsina y yo no hubo nunca esa aproximación profunda que llega a ser una amistad del alma. Cuando la conocí, ella era ya desdichada, amarga y mordaz bajo su constante sonrisa y su buena salud rosada. Yo era aún muy feliz y casi inocente hasta la candidez más indefensa. Sus bromas, su ágil pensamiento, su fondo de mujer conocedora y desengañada de las gentes, me desconcertaban>>
Juana Ibarbouru, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Nos encontramos frente a la muerte
Una mañana en Pocitos, mientras Alfonsina Storni se bañaba, fue golpeada por una ola, en ese justo instante un dolor insoportable en su pecho se apropia de ella, es el primer aviso de que algo no va bien. Lo que en principio se diagnostica como un tumor benigno del que va a ser operada se transforma en un tumor maligno que empezará a hacer mella día a día en su quebradiza salud, como ella misma reconoce en más de una ocasión.
La lucha contra la enfermedad es cada vez más dura y hace que Alfonsina pase por diferentes estados de ánimo y, sobre todo, por diferentes fases en la intensidad de su dolor. La noche de su marcha definitiva no puede dejar de pensar en su hijo al que le escribe una carta de despedida.
<<Querido Alejandro: Te hago escribir con mi mucama; pues anoche he tenido una pequeña crisis y estoy un poco fatigada, solamente para decirte que te adoro, que a cada momento pienso en ti, nada más por ahora para no cansarme e insisto en decirte que te adoro, sueña conmigo, lo necesito. Besitos largos, Alfonsina>>
Alfonsina Storni, en: Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
Hay un temblor de hojas primaverales en los bosques de la eternidad
Su huella en los ambientes literarios de su Argentina natal fue tan profunda que conocida su muerte fueron innumerables las reacciones. Todas ellas vislumbraban la importancia de la pérdida que había supuesto para las letras la desaparición de una de las más grandes aportaciones de la poesía de voz femenina en toda América Latina. Así lo manifiestan los testimonios que conmocionados llenaron las páginas de los diarios argentinos.
<<Alma de luz, alma de cerezo florecido, Alfonsina fue buena, fundamentalmente buena. Tuvo la ingenua y libre sinceridad de la naturaleza y de los niños. Y era tan limpia la inspiración inicial, que, hasta en el trato corriente, que ella matizaba de paradojas desconcertantes, aparecía en todo momento el ser superior, el espíritu refinado y supremo que pronunció las palabras más sencillas y perdurables que hemos oído en América.>>
<<Nos encontramos frente a la muerte. Sólo podemos decir que hemos perdido a la mejor amiga, a la más comprensiva, a la más cordial. Se ha hundido una cúspide, la voz más alta y pura de la poesía castellana contemporánea. Si queremos mitigar nuestra pena sólo nos queda la convicción de que para recibir a Alfonsina hay un temblor de hojas primaverales en los bosques de la eternidad.>>
Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial.
A la una de la madrugada del 25 de octubre Alfonsina une su alma a la del mar.
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Bibliografía:
- Delgado, J. (1990). Alfonsina Storni. Una biografía esencial. Ed.: DEBOLS!LLO.
- Mosteiro, M. A. (2020). Alma de mar: XXI poemas para Alfonsina Storni.